Putin busca la unidad en la cumbre de los BRICS para desafiar la “hegemonía” occidental

En esta fotografía de grupo distribuida por la agencia estatal rusa Sputnik, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, se reúne con medios de comunicación de los países miembros del BRICS en Moscú el 18 de octubre de 2024. © Vyacheslav Prokofyev, AFP

Rusia, 22 octubre 2024.- Dos docenas de líderes mundiales se reúnen este martes en Rusia para la apertura de una cumbre del grupo BRICS, una alianza de economías emergentes que el Kremlin espera que desafíe la “hegemonía” occidental.

La cumbre es la mayor reunión de este tipo que se celebra en Rusia desde que ordenó la entrada de tropas en Ucrania y se produce en un momento en que el presidente ruso Vladimir Putin intenta demostrar que los intentos occidentales de aislar a Moscú por la ofensiva de dos años y medio han fracasado.

Moscú ha hecho de la expansión del grupo BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) uno de los pilares de su política exterior.

Entre los principales temas de la agenda figura la idea de Putin de crear un sistema de pagos liderado por los BRICS, que compita con SWIFT, una red financiera internacional de la que los bancos rusos quedaron desconectados en 2022, así como la escalada del conflicto en Oriente Próximo.

El Kremlin ha promocionado la reunión como un triunfo diplomático que le ayudará a construir una alianza para desafiar la “hegemonía” occidental.

Ladrillo a ladrillo

Estados Unidos ha descartado la idea de que los BRICS puedan convertirse en un “rival geopolítico”, pero ha expresado su preocupación por el hecho de que Moscú muestre su músculo diplomático en pleno conflicto ucraniano.

Moscú no ha dejado de avanzar este año en el campo de batalla del este de Ucrania, al tiempo que reforzaba sus lazos con China, Irán y Corea del Norte, tres de los adversarios de Washington.

Al reunir al grupo BRICS en Kazán, el Kremlin “pretende demostrar que Rusia no sólo no está aislada, sino que tiene socios y aliados”, declaró a la AFP el analista político moscovita Konstantin Kalachev.

Esta vez, el Kremlin quiere mostrar una “alternativa a la presión occidental y que el mundo multipolar es una realidad”, dijo Kalachev, refiriéndose a los esfuerzos de Moscú por desplazar el poder de Occidente a otras regiones.

El Kremlin ha dicho que quiere que los asuntos mundiales se rijan por el derecho internacional, “no por normas establecidas por Estados individuales, concretamente Estados Unidos”.

“Creemos que el BRICS es un prototipo de multipolaridad, una estructura que une los hemisferios Sur y Este sobre los principios de soberanía y respeto mutuo”, declaró Yuri Ushakov, asesor del Kremlin.

“Lo que está haciendo el BRICS es construir gradualmente, ladrillo a ladrillo, un puente hacia un orden mundial más democrático y justo”, añadió.

Seguridad

En Kazán, Putin tiene previsto reunirse individualmente con Modi y Xi, así como con los líderes de Sudáfrica y Egipto el martes, seguido de conversaciones por separado con Erdogan y el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, el miércoles.

Antes de la cumbre, los periodistas de AFP en la ciudad informaron de un aumento de las medidas de seguridad y de una visible presencia policial.

La región de Tatarstán, situada a unos 1.000 kilómetros de la frontera con Ucrania, ya ha sufrido ataques de drones ucranianos de largo alcance.

Se ha limitado la circulación por el centro de la ciudad, se ha aconsejado a los residentes que permanezcan en sus casas y se ha desalojado a los estudiantes universitarios de sus residencias, informan los medios locales.

Envalentonados

Occidente cree que Rusia está utilizando el grupo BRICS para ampliar su influencia y promover sus propias narrativas sobre el conflicto ucraniano.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha advertido de que otros países podrían sentirse envalentonados si Putin vence en el campo de batalla de Ucrania.

El BRICS, que comenzó con cuatro miembros cuando se creó en 2009, se ha ampliado desde entonces para incluir a otras naciones emergentes como Sudáfrica, Egipto e Irán. Sin embargo, el grupo también está plagado de divisiones internas, incluso entre sus miembros clave, India y China.

Turquía, miembro de la OTAN con complejos vínculos tanto con Moscú como con Occidente, anunció a principios de septiembre que también quería unirse al bloque.

El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, canceló su plan de incorporarse a la OTAN.

Con France24