Córdoba está en temporada de sismos: por qué ocurren

Córdoba, Argentina, 5 octubre 2024.- Desde hace tres semanas Córdoba movimientos sísmicos son percibidos por los habitantes de Capital, y también de diferentes localidades del mapa provincial, informó el diario La Voz.

“Temblor”; “¿Sintieron el sismo?”; “¡Tembló Córdoba!”, son algunos de los comentarios que hacen los internautas ante la seguidilla de temblores que experimentan.

Desde el 11 de septiembre hasta el 1° de octubre, el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) contabilizó 13 sismos en el territorio provincial, en horarios diurnos y nocturnos, cuyos epicentros fueron, en su mayoría, en el Valle de Punilla.

Incluso la percepción de los sismos se dio en las poblaciones ubicadas en zona de llanura como Deán Funes. ¿Por qué suceden tan seguidos? ¿Debe preocuparnos esta situación?

El doctor en geología Federico Dávila, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y profesor de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), afirmó que es probable que las recientes actividades sísmicas se deban al movimiento de las fallas.

Ese movimiento causa la liberación de energía acumulada, y una vez que la Tierra se acomode, es posible que no ocurran más sismos durante un largo periodo, hasta que la energía vuelva a acumularse. Este proceso puede tardar años.

Las réplicas, que son sismos menores generados por el mismo evento principal, suelen ser de menor intensidad y forman parte del proceso de acomodamiento de las fallas.

Hasta ahora, “no se ha podido determinar con precisión la frecuencia de los sismos, aunque países como Japón y regiones como California, en Estados Unidos, están avanzados en la predicción sísmica, aún no es posible prever los sismos con anticipación suficiente”, destacó.

Desde hace tres semanas, Córdoba es afectada por movimientos sísmicos que son percibidos por los habitantes de Capital y también de diferentes localidades del mapa provincial. “Temblor”; “¿Sintieron el sismo?”; “¡Tembló Córdoba!”, son algunos de los comentarios que hacen los internautas ante la seguidilla de temblores que experimentan.

Por caso, desde el 11 de septiembre y hasta el 1° de octubre, el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) contabilizó 13 sismos en el territorio provincial, en horarios diurnos y nocturnos, cuyos epicentros fueron, en su mayoría, en el Valle de Punilla.

Incluso la percepción de los sismos se dio en las poblaciones ubicadas en zona de llanura como Deán Funes. ¿Por qué suceden tan seguidos? ¿Debe preocuparnos esta situación?

El doctor en geología Federico Dávila, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y profesor de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), afirmó que es probable que las recientes actividades sísmicas se deban al movimiento de las fallas.

Valle de Punilla unas de las fallas de Córdoba donde mayormente se concentran los sismos. (Gentileza)
Valle de Punilla unas de las fallas de Córdoba donde mayormente se concentran los sismos. (Gentileza)

Ese movimiento causa la liberación de energía acumulada, y una vez que la Tierra se acomode, es posible que no ocurran más sismos durante un largo periodo, hasta que la energía vuelva a acumularse. Este proceso puede tardar años.

Las réplicas, que son sismos menores generados por el mismo evento principal, suelen ser de menor intensidad y forman parte del proceso de acomodamiento de las fallas.

Hasta ahora, “no se ha podido determinar con precisión la frecuencia de los sismos, aunque países como Japón y regiones como California, en Estados Unidos, están avanzados en la predicción sísmica, aún no es posible prever los sismos con anticipación suficiente”, destacó.

En Córdoba, es común que se experimenten sismos de magnitudes entre 2 y 3 grados en la escala de Richter, lo cual es normal dado el entorno montañoso de la provincia. Incluso es posible que ocurran sismos en áreas cercanas a la laguna de Mar Chiquita, como en Altos de Chipión, donde también existen pequeñas fallas.

Desde hace tres semanas, Córdoba es afectada por movimientos sísmicos que son percibidos por los habitantes de Capital y también de diferentes localidades del mapa provincial. “Temblor”; “¿Sintieron el sismo?”; “¡Tembló Córdoba!”, son algunos de los comentarios que hacen los internautas ante la seguidilla de temblores que experimentan.

Por caso, desde el 11 de septiembre y hasta el 1° de octubre, el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) contabilizó 13 sismos en el territorio provincial, en horarios diurnos y nocturnos, cuyos epicentros fueron, en su mayoría, en el Valle de Punilla.

Incluso la percepción de los sismos se dio en las poblaciones ubicadas en zona de llanura como Deán Funes. ¿Por qué suceden tan seguidos? ¿Debe preocuparnos esta situación?

El doctor en geología Federico Dávila, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y profesor de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), afirmó que es probable que las recientes actividades sísmicas se deban al movimiento de las fallas.

Ese movimiento causa la liberación de energía acumulada, y una vez que la Tierra se acomode, es posible que no ocurran más sismos durante un largo periodo, hasta que la energía vuelva a acumularse. Este proceso puede tardar años.

Las réplicas, que son sismos menores generados por el mismo evento principal, suelen ser de menor intensidad y forman parte del proceso de acomodamiento de las fallas.

Hasta ahora, “no se ha podido determinar con precisión la frecuencia de los sismos, aunque países como Japón y regiones como California, en Estados Unidos, están avanzados en la predicción sísmica, aún no es posible prever los sismos con anticipación suficiente”, destacó.

En Córdoba, es común que se experimenten sismos de magnitudes entre 2 y 3 grados en la escala de Richter, lo cual es normal dado el entorno montañoso de la provincia. Incluso es posible que ocurran sismos en áreas cercanas a la laguna de Mar Chiquita, como en Altos de Chipión, donde también existen pequeñas fallas.

Entre 70 y 80 al año

En tanto, el sismólogo Gerardo Sánchez, investigador del Inpres, explicó que, aunque los sismos son de baja magnitud, estos están dentro de un rango normal para la provincia, que suele tener entre 70 y 80 sismos al año. Igual promedio se contabilizó en 2023.

No hay patrones estacionales claros y la percepción de mayores temblores puede deberse a la sensibilidad de la población luego de varios sismos recientes.

Comparado con años anteriores, Córdoba se perfila a tener un año típico en lo que respecta a cantidad de sismos ocurridos, hasta ahora lleva poco más de 50.

“No significa que sirvan para predecir, pero sí son parte de la sismicidad normal. Hubo años en que hubo más de 100 sismos en el año, y otros que hubo entre 40 y 50″, puntualizó.

Aun así, la escala real que hay que tener en cuenta para la cantidad de sismos no se maneja ni en meses ni en años, porque quizás a lo largo del tiempo, cada 100 años, existe una cantidad muy aproximada de sismos. Y en comparación con 10 años atrás, Córdoba reporta más sismos sentidos por los avances tecnológicos.

Entonces, lo que se está viviendo ahora en Córdoba, que reportó varios “seguiditos” en una semana, es lo normal en un año y no tiene que ver con una determinada época en particular ni con la luna ni con otros factores climáticos.

Y con respecto a que las personas sienten que los temblores son más fuertes, Sánchez indicó que suele suceder cuando se vive en ciudades que son epicentros y en últimos días hubo una amplificación de la recepción. Algo que sucedió con el sismo de San Luis, que se sintió en todo el país.

¿Deberíamos preocuparnos?

Dávila indicó que, en principio, no hay motivos para preocuparse. No obstante, en áreas con pendientes pronunciadas, donde existen bloques de suelo sueltos, los movimientos sísmicos podrían provocar deslizamientos de tierras, lo que sería peligroso si no se cuenta con construcciones adecuadas.

Muchos emprendimientos, como los pequeños diques, pueden ser riesgosos si no se construyen con normas antisísmicas. Sin embargo, diques como el San Roque, y la mayoría de los diques de la provincia, fueron diseñados y construidos con criterios antisísmicos.

En tanto, Sánchez, aconseja a la población descargar el manual de prevención sísmica de la página del Inpres para acceder a la información sobre terremotos e incluso recomendó a las escuelas hacerlo para enseñar en las aulas.

¿Qué es un sismo?

Un sismo es la liberación de energía que se produce en el interior de la Tierra como resultado de una deformación. Esto ocurre cuando dos rocas están sometidas a compresión y una parte de esa superficie se rompe, provocando un deslizamiento brusco. Esa liberación de energía es lo que conocemos como sismo.

Los sismos pueden ocurrir a diferentes profundidades: en el manto profundo de la Tierra, por debajo de los 100 kilómetros, debido al hundimiento de las placas en el continente; en zonas intermedias, donde los procesos de deformación y cambios de temperatura ocurren en la parte media de la Tierra; y los sismos corticales, que se producen en la corteza superior de la Tierra. Estos últimos son los que se están experimentando en Córdoba.

Los sismos corticales suelen ocurrir a menos de 30 kilómetros de profundidad, aunque esto depende del tipo de falla involucrada.

Las fallas de Córdoba

Las fallas en la provincia de Córdoba se localizan entre los 15 y 20 kilómetros de profundidad, lo que las convierte en zonas potenciales para la ocurrencia de sismos.

La particularidad de Córdoba –sostuvo Dávila– es que presenta una combinación única de factores: un sistema donde la placa de Nazca, ubicada en el margen del océano Pacífico, se hunde horizontalmente bajo el continente.

Este fenómeno de subducción (hundimiento de una placa litosférica bajo el borde de otra placa) hace que la placa interactúe a gran profundidad con la placa sudamericana, extendiéndose incluso hasta Córdoba. A medida que esta placa avanza bajo Sudamérica, su movimiento genera compresión, lo que contribuye a la formación de fallas. Estas fallas, a su vez, provocan sismos cuando la energía acumulada se libera.

Cada uno de los cordones montañosos de Córdoba corresponde a una falla: las Sierras de Pocho, una zona muy activa en términos de sismos; las Sierras Grandes; y las Sierras Chicas. En particular, el Valle de Punilla, cerca de La Falda, es una zona donde se encuentra el frente de una importante falla. Esta falla se hunde hacia el este, alcanzando profundidades que podrían llegar incluso bajo localidades como Salsipuedes y La Granja.

Si bien, la falla de Punilla es la más grande, también existen otras más pequeñas, como las del Salto de La Estancita, Ascochinga y el Camino del Cuadrado, las cuales también pueden generar sismos.

Peligrosidad de los sismos para Córdoba

Los investigadores de Córdoba estudian estas estructuras y sus fallas asociadas para evaluar el nivel de peligrosidad que representan para la provincia.

En comparación con otras regiones de Argentina, como San Juan o Mendoza, Córdoba tiene una peligrosidad sísmica moderada. Existe la posibilidad de que se produzcan sismos de magnitudes cercanas a 5 en la escala de Richter, o incluso aluviones.

Incluso un informe del Inpres, sobre el mapa de peligrosidad sísmica, advierte sobre la importancia de “aumentar el monitoreo sísmico, principalmente en las provincias de Santiago del Estero, Salta, Jujuy, Córdoba, Tierra del Fuego, Santa Cruz y Buenos Aires”.

A diferencia de otras zonas, la provincia cordobesa no cuenta con sistemas de alerta sísmica, aunque se está trabajando en la infraestructura de puentes y caminos para mitigar el impacto de estos fenómenos.

Los sismos tienden a comportarse de manera diferente según el tipo de terreno; por ejemplo, en zonas de grava, como las barrancas del parque Sarmiento, los efectos pueden ser más intensos.

Con el diario La Voz