Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 28 agosto 2024.- El ministro de Economía, Luis Caputo confirmó anoche vía la red social X que “A partir del lunes 2 de septiembre, la alicuota del Impuesto País para la importación de bienes y fletes se retrotraerá del 17,5% al 7,5%. Prometimos y cumplimos!”, dijo, en momentos en que ya los empresarios, si bien tenían la confirmación oficial de que sucedería en algún momento de la semana próxima, comenzaban a tener algunas dudas.
Si bien en un principio se especuló con la posibilidad de que la rebaja incluyera también a gastos de turismo en el exterior, el ministro dejó en claro que, al menos por el momento, se circunscribirá a la importación de bienes y fletes. Por lo que la reducción para paquetes y viajes internacionales deberá esperar.
Los sectores más importadores festejan la reducción que tendrán en sus costos, y más aún los que compran en el exterior productos terminados, lo cierto es que los fabricantes nacionales de rubros más sensibles, y que no tienen tanta materia prima importada, temen por la competencia asiática.
En plena negociación para que se apruebe el paquete fiscal en el Congreso, el ministro de Economía, Luis Caputo, había anticipado que si se lograba el aval parlamentario de ese conjunto de medidas que generarían más ingresos, en septiembre bajaría de 17,5% a 7,5% el impuesto para llevarlo al mismo lugar en el que estaba en diciembre. Vale recordar además que lo que quede del tributo caerá a fin de año, excepto que el oficialismo busque extenderlo con una nueva ley. Dependerá de la evolución de las cuentas públicas. Por el momento, el sector privado festeja este primer paso.
“Si tenés que planificar el trabajo, los costos, necesitás ir sabiendo si lo van a bajar y cuándo. A mi me cambia el costo de importaciones y eso me puede significar un ahorro que puede variar entre 2% y 4%”, afirmó un industrial y miembro también del comité ejecutivo de la UIA, este martes por la tarde, en diálogo con Infobae, antes de tener la confirmación oficial del Ministro. En su caso, las materias importadas representan el 30% del costo del producto, por lo que la incidencia ronda esos porcentajes.
El Gobierno está convencido de que la inflación bajará aún más a partir de esta decisión. Caputo había mencionado que podría llegar a 0% en algún momento del año, pero las consultoras privadas creen que es un objetivo demasiado ambicioso.
En la UIA hay dos posiciones respecto de la baja del impuesto PAIS. Por un lado, reduce costos y eso es positivo para la gran mayoría de las industrias; más aún en las que tienen muchos insumos importados. Pero por otro, con el esquema actual de ancla cambiaria y sin un buen esquema de control antidumping, “va a entrar todo lo barato de Asia”, dijo una fuente de la central fabril. Para la industria automotriz, por ejemplo, la medida será muy beneficiosa, pero para la industria textil, que importa poco, esta menor protección sumada a la estabilidad cambiaria y la baja actividad, “es un combo explosivo”, agregó.
El dólar turista para consumos con proveedores del exterior no se verá afectado por la reducción por lo que continuará cotizando por encima de los $1.500 según el tipo de cambio minorista del Banco Nación, con una carga tributaria del 60%. Este valor es más caro que el dólar blue a $1.355 pesos y más caro que el MEP.
La carga impositiva que actualmente rige sobre el dólar turista es la siguiente: al tipo de cambio minorista del banco de cada consumidor se aplica un plus del 30% del dólar minorista del Nación en concepto de Impuesto PAIS y otro 30% de percepción a cuenta de Ganancias o Bienes Personales. Ninguno de esos dos extras, al menos en lo anunciado hasta el momento, desaparecerá en septiembre.
Según informó el lunes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) durante julio, plena “temporada alta” en el turismo invernal, ingresaron al país 959.0000 visitantes, pero las salidas al exterior alcanzaron a 1.190.400 de residentes, por lo que el sector turístico dejó un saldo negativo de 231.400 viajantes. Una reducción en la alícuota para gastos de turismo en el exterior podría impactar fuertemente en las alicaídas reservas del BCRA.