23 agosto 2024 (Reuters).- Los servicios de seguridad de Rusia mataron a tiros el viernes a cuatro reclusos que habían tomado rehenes en una colonia penal, apuñalado fatalmente a cuatro miembros de su personal y publicado videos en línea en los que se describían a sí mismos como militantes del Estado Islámico, dijeron funcionarios.
“Los francotiradores de las fuerzas especiales de la Guardia Nacional de Rusia en la región de Volgogrado con cuatro disparos precisos neutralizaron a cuatro prisioneros que habían tomado como rehenes a empleados de la prisión. Los rehenes fueron liberados”, informó la agencia de noticias estatal RIA.
El servicio penitenciario federal afirmó que los cuatro atacantes habían sido “eliminados”. Agregó que cuatro de sus empleados habían muerto por heridas de arma blanca y que otros habían sido tratados en el hospital. Un total de ocho empleados de la prisión y cuatro convictos habían sido tomados como rehenes, agregó.
En uno de los vídeos publicados por los atacantes se ve a las víctimas tendidas en charcos de sangre, una de ellas con la garganta cortada. Uno de los prisioneros grita que son “muyahidines” del Estado Islámico.
Otros videos mostraron a los atacantes caminando de un lado a otro en el patio de una prisión donde uno de sus rehenes estaba desplomado en posición sentada, con el rostro cubierto de sangre.
La operación para liberar a los cautivos se produjo después de que el presidente Vladimir Putin, en una reunión semanal de su Consejo de Seguridad, dijera que quería escuchar al ministro del Interior, al jefe de seguridad del FSB y al jefe de la Guardia Nacional sobre el incidente.
ATAQUES ISLAMISTAS
Rusia, cuyas agencias de defensa y seguridad están fuertemente concentradas en su guerra en Ucrania, ha visto un reciente aumento en los ataques de militantes islamistas.
En junio, en la región meridional de Rostov se produjo un sangriento levantamiento carcelario vinculado al Estado Islámico, donde fuerzas especiales mataron a tiros a seis reclusos que habían tomado rehenes.
Más tarde ese mes, al menos 20 personas murieron en ataques a tiros contra una iglesia, una sinagoga y un puesto de control policial en Daguestán, una región principalmente musulmana del sur de Rusia.
En marzo, el Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad de un ataque en el que hombres armados irrumpieron en la sala de conciertos Crocus City, cerca de Moscú, dispararon armas automáticas contra el público y prendieron fuego al edificio, matando a más de 140 personas.
El último incidente planteó importantes interrogantes en materia de seguridad, apenas dos meses después de la revuelta carcelaria de junio. No estaba claro cómo los hombres habían logrado conseguir cuchillos para atacar al personal penitenciario y teléfonos móviles para filmarse y publicar varios videos en línea.
En las imágenes, uno de ellos parecía tener un chaleco explosivo improvisado y los otros portaban cuchillos y martillos.
Sus demandas no fueron claras, aunque en monólogos confusos dijeron que Rusia “oprime a los musulmanes en todas partes” y que habían actuado “sin piedad” en respuesta a los supuestos malos tratos a prisioneros musulmanes.
Los medios de comunicación rusos dijeron que los cuatro eran ciudadanos de Tayikistán y Uzbekistán, y que tres estaban en la cárcel por delitos de drogas y el otro por asesinar a alguien en una pelea.