No se puede seguir tolerando que a la justicia de este país se la convierta en un rey de burlas; que es lo que están haciendo los mafiosos. La municipalidad multa a los que no pagan el estacionamiento medido, pero nunca sanciona a los que arrojan basura ilegalmente.
LOMA HERMOSA, TRES DE FEBRERO, BUENOS AIRES, ARGENTINA, 26 MAR 2021 (Mi Periódico) — Sin plan municipal para la erradicar microbasurales, la calle Santiago del Estero seguía esta mañana inundada de residuos y con tránsito vehicular restringido.
Como la municipalidad no retira los desperdicios ilegales que se arrojan diariamente, y al no haber medidas preventivas para evitar el vuelco el microbasural se vuelve crónico.
Y no es el único en la zona. También están los microbasurales de Gabino Ezeiza y Hernán Cortés. Pasaje Madrid, entre Dr. Rosella y Primera Junta. Florida, entre Primera Junta y Dr. Rosella. Argentina y Ruta 8, y Río Pilcomayo y Ruta 8, los dos frente al Hospital Bocalandro. Una vergüenza.
Pero todo pasa frente a las cámaras de seguridad municipales que mantienen una actitud pasiva frente a los contraventores, y a al jefe de Estación de Tres de Febrero que sigue desconociendo la orden directa de la justicia para que impida el vuelco ilegal de desperdicios en jurisdicción de las Comisarías Tres de Febrero 11 –Remedios de Escalada-, y 5 –Eufrasio Álvarez.
Por otro lado, la cámara de seguridad municipales no ayuda. Y no sólo no “ven” los que arrojan basura ilegal.
La tecnología —cámaras de vigilancia-—que en el mundo se utiliza para enfrentar el crimen y el desorden en las ciudades y los barrios, en Tres de Febrero se usa para generar “Vecindarios sin Ley”.
Si en el mundo las estrategias policiales fue acabar con los mercados públicos de venta de drogas que había en diferentes puntos de la ciudad, donde la disputa violenta por controlar los mejores rincones contribuía al aumento de homicidios, en Tres de Febrero se levantan los patrullajes de los puntos calientes de venta de droga para no molestar a los compradores.
Tampoco vieron el 14 de marzo la fiesta de más de 100 personas a 50 metros de la comisaría, sobre la av. Presidente Perón, entre Entre Ríos y Salguero, en donde más de 100 jóvenes se alcoholizaron durante toda la madrugada y en las primeras horas de la mañana comenzaron las peleas en medio de la avenida, y de la pandemia de coronavirus, y la Emergencia Sanitaria provincial, llegaron los tiros que dejaron como saldo dos heridos de bala.
La “Zona estaba Liberada”. Eran intocables. Nadie los molestaba. El jefe de la comisaría miraba para otro lado, y Los llamados de los vecinos al 911 fueron ignorados. Y hasta habían sacado el patrullero de la jurisdicción para “Liberar la Zona”.
Y esa es una vergüenza para un país que necesita recobrar su fuerza moral perdida.
La justicia es uno de los pilares en los que se sostiene la vida en sociedad y el Poder Judicial es el encargado de aplicarla. Pero mientras la justicia siga coja, ciega y maltrecha las cosas lamentablemente van a empeorar. Porque sin “Justicia no hay República”.
El panorama de los microbasurales es grave y desalentador en medio de las quejas vecinales, de la pandemia de coronavirus, y de una jueza que interviene en el caso y está demostrando debilidad frente al deber que tiene de hacer cumplir sus resoluciones.
La municipalidad y la policía no están haciendo nada para resolver el problema ambiental de la basura en las calles.
No solo no hay medidas preventivas para evitar que los contraventores arrojen los desperdicios con total impunidad. Tampoco desde la municipalidad se ha mejorado las condiciones físicas del lugar, colocando más luminarias y carteles de advertencia.
Y si no ven los que arrojan desperdicios ilegales, no me imagino cómo van a hacer para ver los vendedores de drogas que ya ganaron las calles de los barrios, y se mueven con una alarmante e insultante impunidad.
Pero la respuesta de las autoridades frente al problema siempre es la misma: “La culpa siempre la tienen los demás, aseguran los funcionarios. O a las gestiones anteriores que forman parte del pasado. Un pasado que el pueblo quiso “Cambiar”, y para eso los votaron.
Un pasado con historias sin resolver, que se vuelven a repetir por la falta de autocrítica y de gestión de los actuales funcionarios.
Los vecinos los votaron para “cambiar” las cosas; no para escuchar discursos fabuladores que nada tienen que ver con la realidad.
Si debo reconocer, la importante obra del Metrobus R8 que trajo beneficios para los barrios. Y el mejoramiento en el sistema de atención primaria de salud, entre otras cosas.
Pero eso no significa que debamos resignarnos a convivir con los microbasurales y la corrupción. Y ya es tiempo que lleguen las respuestas a los reclamos vecinales.
Siempre estamos escuchando que los que tienen la culpa son los que arrojan los desperdicios. O del motochorro que sale a robar. O del que vende droga. Las autoridades en Tres de Febrero parece que no se hacen cargo de nada que sea de difícil solución o genere costos políticos.
Sin embargo, las autoridades deberían recordar que tienen el deber de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las Leyes. Pero no vemos que, en este caso al menos, eso esté sucediendo.
La obligación del Estado es actuar con la debida rapidez para resolver el asunto. No, la de generar “Zonas Liberadas” desoyendo incluso el mandato judicial.
Los barrios tienen que ser seguros y limpios, y se debe controlar la violencia. En vez de premiar el desorden y el quebrantamiento de la Ley.
Incluso, a veces los escucho afirmar, que la Seguridad no es responsabilidad del intendente. Cuando es el mismo intendente que generó una gigantesca Secretaria de Seguridad municipal que incluye patrulleros con balizas policiales que intervienen en la prevención del delito.
Y en doto caso, y si es cierto que la Seguridad pública no es un tema municipal: ¿por qué el intendente asume funciones que no le corresponde? ¿Y por qué no resuelve las que le corresponden? Por ejemplo, el problema que generan los microbasurales para la salud y seguridad de los vecinos.
Pero mientras la justicia siga cojeando y no llegue, como no está llegando en casos tan graves y delicados como los que conoce la opinión pública, este país será un ejemplo de inmoralidad.
Nadie pide que se cometa una injusticia contra nadie. Pero la parte sana que aún le queda como reserva a la Argentina lo que no puede tolerar es que a la justicia de este país se la convierta en un rey de burlas,
El Estado no solo se circunscribe al establecimiento de las normas, sino que debe garantizar su cumplimiento.