Al menos 11 muertos y 30 heridos en un ataque ruso contra Dobropilia, en la región de Donetsk

Rescatistas ucranianos trabajando en el lugar del bombardeo de un edificio residencial en Dobropillia. EFE/EPA/State Emergency Service

Kiev, Ucrania, 8 de marzo de 2025 (EFE).- Al menos once personas murieron y otras treinta resultaron heridas en un ataque ruso anoche contra la ciudad de Dopbropilia, en la región ucraniana de Donetsk, según informaron el Servicio Estatal de Situaciones de Emergencia y la Policía Nacional ucranianas.

Agregó que durante las tareas de extinción, las fuerzas rusas volvieron a atacar, probablemente con drones Shahed, y dañaron un camión de bomberos.

«A pesar de la amenaza, los equipos de rescate siguen trabajando. El fuego se ha contenido en 20 apartamentos, y se han extinguido tres incendios con una superficie total de 190 metros cuadrados». precisa .

Por su parte, la Policía Nacional informó en un mensaje en Telegram que entre los heridos hay cinco niños.

Especificó, además, que se trato de un golpe combinado, según informaciones prelimianares, con un misil Iskander-M, un lanzacohetes múltiple Tornado-S y drones Geran-2.

Rusia apuesta por la guerra

Mientras la guerra continúa, la ofensiva diplomática europea, que incluye un programa de rearme y conversaciones sobre disuasión nuclear, no ha impresionado a Rusia, que mantiene su firme apuesta por la guerra hasta alcanzar un acuerdo sobre Ucrania con su único interlocutor, Estados Unidos.

«Rusia no tiene intención de ceder ante nadie (…) No necesitamos nada que no nos pertenezca, pero lo nuestro no se lo daremos a nadie», dijo Vladímir Putin, presidente ruso, durante una reunión con mujeres de soldados y combatientes.

Putin, que guarda un silencio revelador desde el encontronazo del líder ucraniano, Volodímir Zelenski, en la Casa Blanca con el presidente de EEUU, Donald Trump, mantiene que los países europeos «no pintan nada» en las negociaciones de arreglo.

«Hay gente que quiere volver a los tiempos de Napoleón. Olvidan cómo acabó aquello», respondió al presidente francés, Emmanuel Macron, en alusión a la fallida invasión napoleónica de Rusia en 1812.

La guerra no tiene alternativa a corto plazo

Mientras el Kremlin asegura que Bruselas no quiere la paz sino la guerra, el ejército ruso tomó esta última semana otras cuatro localidades en la anexionada región de Donetsk, según informó el Ministerio de Defensa.

«La operación militar especial continúa. Rusia ataca. El enemigo resiste y aún no ha sido derrotado», dijo el expresidente Dmitri Medvédev, el máximo representante del partido de la guerra en Rusia.

Añadió que «el principal objetivo a día de hoy sigue siendo asestar la mayor de las derrotas al enemigo», aunque las cifras de muertos en las filas rusas hayan alcanzado los 160.000, según la prensa independiente.

En la misma línea, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, subrayó que Moscú considera «preferible» los métodos político-diplomáticos para lograr sus objetivos, pero que debe defender su seguridad a toda costa.

«En condiciones en las que Ucrania renuncia al diálogo y, más aún, prohíbe jurídicamente ese diálogo, continuamos la operación militar especial para garantizar nuestros intereses», añadió.

Sin tregua a la vista

La palabra de Putin es ley. Y es que Rusia se mantiene fiel a la propuesta que el jefe del Kremlin hizo en junio de 2024. Moscú anunciará un alto el fuego inmediato cuando Kiev retire sus tropas del Donbás y del sur del país (Jersón y Zaporiyia), y renuncie públicamente a sus planes de ingresar en la OTAN.

Entonces, Putin aseguró que quiere una Ucrania «neutral, fuera de bloques y no nuclear» y que también «debe reconocerse la nueva realidad territorial», en alusión a la anexión rusa de la península de Crimea y de otras cuatro regiones ucranianas.

Zelenski primero y después Macron propusieron esta semana una tregua de un mes por aire y mar, que incluiría la suspensión de los ataques contra las infraestructuras energéticas, justo a lo que se opone Putin, quien se opone a un cese el fuego provisional.

Rusia rechazó de inmediato la propuesta, al considerar que dicha tregua es, en realidad, «un respiro a cualquier precio» para que el ejército ucraniano evite «el colapso del frente».

Por si hubiera alguna duda, el ejército ruso lanzó el viernes un ataque masivo con misiles y drones contra infraestructuras gasísticas ucranianas.

Sin tropas europeas como garantía de seguridad

En cuanto a la concesión de garantías a Kiev, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, se preguntó qué hay de las garantías de seguridad para Rusia, el detonante del actual conflicto, según Moscú.

Por ello, rechazó terminantemente el despliegue de tropas europeas para garantizar el cumplimiento del futuro tratado de paz, entre otras cosas porque Moscú considera que la nueva militarización europea está dirigida contra Rusia.

«Eso significará no una híbrida sino una participación abierta, oficial y no disimulada de los países de la OTAN en la guerra contra Rusia. No podemos permitirlo», dijo.

Además, aseguró que «no hay espacio para el compromiso» y que Moscú verá esas tropas «como veía la potencial presencia de la OTAN en Ucrania».

«Terminantemente, no nos quedaremos con los brazos cruzados», insistió.