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Jartum, 18 de febrero de 2025 (EFE).- El Gobierno de Sudán acusó este martes a los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) de asesinar a 433 civiles, entre ellos varios bebés, en ataques perpetrados «en los últimos días» en aldeas del estado del Nilo Blanco, en el centro-sur del país.
El Ministerio de Exteriores denunció, en un comunicado, que esa «brutal masacre es la peor» cometida por las FAR contra civiles desde el inicio de la guerra en el país, en abril de 2023, tras otras «matanzas criminales» en otras regiones, incluido el campo de desplazados de Zamzam, en Darfur del Norte (oeste).
«La milicia terrorista ha cometido en los últimos días una matanza horrible en las aldeas de la región de Al Gitaina, en el estado del Nilo Blanco. Sus víctimas (mortales) son hasta ahora 433 personas, entre ellos bebés», dice la nota.
Acusación de complicidad a EAU y países africanos
Aprovechó sin embargo para acusar de «complicidad», implícitamente, a Emiratos Árabes Unidos (EAU) y países africanos, como Kenia, así como para advertir contra la intención de las FAR y otros grupos opositores de firmar un documento para la creación de un gobierno paralelo en la regiones controladas por los paramilitares.
«Esta matanza atroz confirma que la guerra de la milicia (de las FAR) está dirigida contra todo el pueblo de Sudán (…) y deja claro que cada persona que participa o apoya a la milicia o a su documento político, supervisado por su patrocinador regional (…) son cómplices en sus crímenes y atrocidades contra el pueblo sudanés», señala el comunicado.
Por su parte, el ministro de Información sudanés, Jaled al Eayser, exigió que la comunidad internacional clasifique como «Organización terrorista» a las FAR por «los crímenes que cometen estos mercenarios apoyados por el extranjero».
«Crímenes de guerra»
Tanto el Ejército como las FAR han sido acusados de «crímenes de guerra», pero varias ONG locales e internacionales han acusado en las últimas semanas a los paramilitares de asesinar a cientos de civiles durante su retirada de aldeas del este y el sur de Sudán ante el avance de las tropas gubernamentales en esas regiones.
A las FAR se les acusó también de asesinar a decenas de civiles en sus intentos de controlar Al Fasher, capital de Darfur del Norte, incluso en campos de refugiados, como Zamzam que alberga a más de medio millón de desplazados por la guerra.
La guerra en Sudán se ha saldado con decenas de miles de muertos y ha obligado a unos 12 millones de personas a abandonar sus hogares, más de 3 millones de ellas a otras naciones, lo que ha convertido al país en el escenario de la peor crisis de desplazados del planeta, según Naciones Unidas.