Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 5 de enero de 2025.- En un artículo publicado este viernes en su blog personal, el exministro de Economía Domingo Cavallo analizó la situación económica de Argentina bajo la presidencia de Javier Milei, enfocándose en dos aspectos clave: la inflación y el tipo de cambio real.
El análisis presenta un panorama complejo de la economía argentina actual, con desafíos significativos en inflación y tipo de cambio, y sugiere acciones concretas para mitigar los efectos negativos de la apreciación del peso, todo en un contexto político sensible.
Cuestionó, entre otras cosas, el atraso cambiario como ancla inflacionaria, afirmando que el peso sufre de una apreciación real exagerada, estimada en alrededor del 20%, similar a la de los años finales de la convertibilidad, lo que podría tener efectos adversos en la economía.
Corregir esto es “el gran desafío económico para el año 2025”, aunque admitió que la cuestión electoral puede ser un condicionante muy fuerte. Traducción: difícilmente el gobierno acepte una devaluación voluntaria del tipo de cambio por el riesgo del salto inflacionario, asegura el exministro Cavallo.
Cavallo remarcó tres factores que marcan que la situación incluso puede ser considerada peor: “Durante la convertibilidad no existían retenciones sobre las exportaciones”; “el peso de los impuestos indirectos sobre los costos de producción era al menos alrededor de un 20% menor que en la actualidad”; y “en diciembre de 2024 se ha producido una devaluación del real muy parecida a la de febrero de 1999, que aún no está registrada por el índice de tipo de cambio real multilateral”. Respecto a este último punto, señala que Argentina está 19% más cara que Brasil, según el estudio de su hijo Alberto.
Cavallo alertó que “los efectos reales de la apreciación exagerada del peso son fáciles de predecir: 1) aumentarán las importaciones no solo de insumos y bienes de capital, sino también de muchos bienes finales que sacarán de competencia a la producción nacional que no logre aumentos rápidos de productividad, 2) se desalentará la producción de bienes exportables, tanto del sector agropecuario como de la industria manufacturera y los servicios, 3) el deterioro de la cuenta corriente de la balanza de pagos, hará más difícil la adquisición por parte del Tesoro de los dólares para pagar intereses, aun teniendo los pesos necesarios para comprarlos en el MULC gracias al superávit fiscal primario”.
A su vez, sugirió la eliminación temprana de las restricciones cambiarias para fomentar la entrada de capitales y estabilizar el tipo de cambio. Y para el caso de que la liberalización se posponga, propone medidas como la reducción de retenciones y la disminución temporal de los aportes patronales jubilatorios para aliviar costos laborales.
Por su parte, Orlando Ferreres, titular de la consultora OJF & Asociados, consideró que el dólar oficial debería ajustarse para evitar un atraso cambiario que afecte la competitividad económica.
En línea con las advertencias de Cavallo, Ferreres explicó que un tipo de cambio más alto es necesario para alcanzar una “paridad de equilibrio”.
Según Ferreres, el valor teórico de equilibrio del dólar oficial se encuentra en $1.600, un número considerablemente superior al actual.
Aunque reconoció que los ingresos de capitales en sectores como el agro, la minería y la energía pueden sostener momentáneamente la situación, enfatizó que “las reservas no son tan altas”, lo que exige prudencia en el manejo cambiario.
La preocupación de Ferreres se suma al análisis de Cavallo, que advirtió que el peso argentino está sobrevaluado en alrededor del 20%, un nivel que recuerda al periodo final de la convertibilidad (1999-2001).
En ese entonces, la apreciación del peso provocó una deflación y agravó la recesión económica.
Para ambos economistas, el atraso cambiario podría tener consecuencias adversas, como el incremento de las importaciones y una pérdida de competitividad para los sectores exportadores e industriales. Subrayando la importancia del apoyo popular para la reforma económica que lidera Milei, sugiriendo que las decisiones económicas deben considerar su impacto en el resultado electoral.
En resumen, el análisis presenta un panorama complejo de la economía argentina actual, con desafíos significativos en inflación y tipo de cambio, y sugiere acciones concretas para mitigar los efectos negativos de la apreciación del peso, todo en un contexto político sensible.