El gobierno peruano critica el allanamiento de la casa del presidente en una investigación sobre corrupción

LIMA, PERÚ, 30 MARZO 2024 (Reuters).- El gobierno de Perú criticó el sábado el allanamiento a la casa de la presidenta Dina Boluarte como parte de las investigaciones sobre posible enriquecimiento ilícito y la falta de declaración de propiedad de relojes de lujo como “desproporcionada e inconstitucional”.

La policía derribó la puerta de la residencia de Boluarte el viernes por la noche, según mostraron imágenes de televisión, aparentemente después de que los llamados de los funcionarios para abrir y permitirles buscar pruebas no obtuvieron respuesta.

La estación de radio RPP dijo que Boluarte no se encontraba en su casa en el momento del allanamiento.

La casa de Boluarte está ubicada en el distrito limeño de Surquillo, a pocos kilómetros del Palacio de Gobierno donde trabaja el presidente.

Boluarte no se ha pronunciado sobre el allanamiento.

“El ruido político que se está generando es grave, afecta las inversiones y a todo el país”, escribió el primer ministro peruano, Gustavo Adrianzen, en la plataforma de redes sociales X. “Lo que ha sucedido en las últimas horas son acciones desproporcionadas e inconstitucionales”.

Adrianzen dijo que la presidenta se encontraba en su residencia dentro del palacio de gobierno y que rendiría declaraciones ante la fiscalía cuando fuera citada.

También dijo a RPP que “de ninguna manera” los ministros o Boluarte planeaban renunciar.

Hace dos semanas, los fiscales iniciaron investigaciones preliminares luego de que el programa de Internet La-Encerrona informara que el presidente poseía varios relojes Rolex.

La investigación pretendía establecer si había motivos para una investigación formal del presidente.

Boluarte, en el cargo desde diciembre de 2022, ha reconocido que es propietaria de relojes Rolex, que dijo haber comprado con el dinero que ganó desde joven.

A principios de este mes, Boluarte dijo que entró a la oficina del presidente con las manos limpias y que saldría con las manos limpias.

La fiscalía había intentado sin éxito el pasado miércoles realizar un control de los relojes en el despacho de Boluarte, pero sus abogados afirmaron que había un choque de citas en las agendas y trataron de reprogramar la cita.

La investigación sobre Boluarte es la última de una larga historia de investigaciones sobre presidentes y altos funcionarios peruanos.