El triunfo de Milei aboca a Argentina a un escenario no conocido en sus 40 años de democracia ininterrumpida

Javier Milei será el primer presidente ultraderechista del país, un vuelco rotundo de Argentina a nivel político. Buenos Aires, Argentina, 19 de noviembre, 2023. © Agustin Marcarian / Reuters

Por Ramiro Cué Barberena

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, 20 NOVIEMBRE 2023.- El líder libertario Javier Milei llega a la Casa Rosada tras imponerse sobre el peronista Sergio Massa por una diferencia de alrededor de diez puntos, confirmando un vuelco radical de la política nacional, dominada por la centro-izquierda en los últimos 20 años. El ‘León’, como se le conoce, asumirá un país con una profunda y creciente crisis económica, la principal preocupación de los argentinos. El bolsillo fue la razón central que impulsó a Milei en las urnas, donde duplicó sus votos respecto a las generales de octubre. Tomando, además, como guía las propuestas del próximo jefe de Estado, Argentina afronta un escenario no conocido en 40 años de democracia ininterrumpida, con polémicas posturas sobre sus principales bases sociales: la educación y la salud públicas y el consenso sobre los derechos humanos.

El balotaje celebrado en Argentina el domingo 19 de noviembre consagró a Javier Milei como el próximo presidente del país, luego de superar por aproximadamente diez puntos al candidato oficialista y actual ministro de Economía, el peronista Sergio Massa.

Las preocupaciones financieras de los argentinos, con altibajos en los últimos 20 años, terminaron prevaleciendo sobre los discursos extremistas del candidato de extrema derecha. Con una supremacía nítida en el Interior del país, sobre todo en provincias clave como Córdoba, Santa Fe y Mendoza, Milei consiguió el apoyo necesario para instalarse en la Casa Rosada a partir del 10 de diciembre. El oficialismo apenas logró imponerse en Santiago del Estero y Formosa.

El crecimiento de Milei respecto a las generales de octubre, al casi duplicar la cantidad de votos, responde en gran medida a la inyección que supuso la alianza con la coalición derechista Juntos por el Cambio, cuya candidata, Patricia Bullrich, quedó tercera en la primera vuelta.

El robusto aparato de Juntos por el Cambio a nivel nacional le permitió al libertario mantener el favoritismo de la gente en el interior argentino y reforzar aspectos que consideraba importantes, como la fiscalización de los votos.

Por su parte, el oficialista Massa apenas pudo elevar su techo en dos millones de votos después del triunfo en primera vuelta. A pesar de una campaña moderada, con un tono discursivo tenue, lejos de la confrontación planteada por Milei, y haciendo énfasis en la necesidad de una unión nacional, la mala percepción de su gestión como ministro de Economía terminó pesando más en las urnas.

El triunfo de Milei le pone punto final a una etapa política en Argentina, que tendrá un inédito vuelco a la extrema derecha. El líder de La Libertad Avanza será el primer presidente desde el retorno a la democracia, en 1983, con esa ideología.

Si bien en la década de los noventa el país estuvo presidido por el neoliberal Carlos Menem, de quien Milei resalta algunas políticas económicas, como la convertibilidad, el riojano llegó al poder como un candidato peronista.

Así como Jair Bolsonaro en Brasil y Donald Trump en Estados Unidos, Milei responde al fenómeno del populismo de derecha. Sin embargo, su ascenso meteórico en cuatro años fue una sorpresa, incluso para los propios argentinos.

Comandando un partido que tuvo su estreno electoral en las intermedias de 2021, el líder libertario capitalizó la atención de una sociedad harta de la política tradicional tras fracasos consecutivos del peronismo y el macrismo, con una situación económica que empeora y que encontró en él un modelo alternativo e inexplorado de país.

Dentro de los éxitos de la construcción de su narrativa, Milei supo transformar su falta de experiencia en gestión pública, reivindicando su condición de ‘outsider’, un aspecto que cautivó al público joven.

Su popularidad en esa franja etaria también justifica sus altos índices de imagen positiva. A pesar de que algunas de sus políticas podrían perjudicarlos, como las propuestas de Milei sobre educación, tuvo una gran acogida en la juventud a través de las redes sociales.

Al igual que otros líderes populistas de derecha, su explotación de plataformas como Instagram y TikTok le dieron un poder de representación en esos sectores, que no fueron alcanzados por los espacios políticos clásicos.

La derrota insta al peronismo a pensar una reconfiguración

La asunción de Milei también le pone un corte abrupto a la era kirchnerista, desdibujada por el Gobierno de Alberto Fernández, y de la cual Massa no quiso apegarse durante su campaña. Este giro de 180 grados llevará a Argentina por carriles inéditos a nivel político ya que, con la excepción del gobierno de derecha de Mauricio Macri (2015-2019), los últimos 20 años estuvieron regidos por los Kirchner.

Abriendo el panorama, en los 40 años en los que Argentina ha vivido en democracia, solo 12 de ellos no fueron de Gobiernos peronistas. A los cuatro de Macri hay que sumarle los seis de Raúl Alfonsín, entre 1983 y 1989, y los dos de Fernando De la Rúa (1999-2001), quien debió interrumpir su mandato y al que le dio continuidad el peronista Eduardo Duhalde, hasta 2003.

Como efecto primario de la derrota electoral, el peronismo deberá refundarse y buscar nuevos líderes que cubran la falta de representatividad en el electorado, ya sin Cristina Fernández como piedra angular del movimiento.

La deserción de la expresidenta en la época previa a la determinación de candidatos desnudó la falta de alternativas puertas adentro del partido, cuyos integrantes insistieron en intentar convencer a su referente.

La fragmentación entre aquellos afines al kirchnerismo y los peronistas opositores a los ‘K’ generó internas con resultados de consensos frágiles, como el caso de Alberto Fernández, rápidamente denostado por sus propios miembros del Gobierno.

Bajo la misma regla se situó la candidatura del binomio Massa – Agustín Rossi, dos personajes que -independientemente de aptitudes y desempeños en sus trayectorias políticas- no terminaron de conformar a todas las facciones peronistas.

El futuro del longevo bloque es incertidumbre. La reelección del gobernador Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires y sus reseñables facultades políticas lo ponen en lo alto de la lista de sucesores del peronismo, al menos en este inicio de refundación.

Lo que le espera al gobierno de Milei

Dentro de los desafíos que el líder de La Libertad Avanza deberá afrontar en su próximo mandato, el principal es la crisis económica. Con una tasa cambiaria alta (el dólar ‘blue’ roza los 1.000 pesos argentinos), una inflación interanual de más del 142% -estiman que cerrará el año rondando el 180%- e índices de pobreza que rondan el 40%, la misión principal apunta a maniobrar para mejorar la calidad de vida de los argentinos.

En ese contexto, las previsiones sobre los ingresos por la exportación de gas del nuevo gasoducto Néstor Kirchner -acompañados por la soberanía energética que conlleva dejar las importaciones- y los beneficios de la agricultura (destruidos en 2023 por una sequía inesperada) apuntan a aliviar a un país con bajos niveles de solvencia económica y ausencia de reservas.

No obstante, la inminente renegociación de los términos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (el endeudamiento es de 44.000 millones de dólares) implicará un ajuste pedido por el órgano financiero, abriendo la especulación sobre qué tanto poder de maniobra tendrán los próximos líderes del país para aminorar la presión económica.

La implementación de la dolarización, eje central de la plataforma electoral libertaria en materia económica, es un interrogante. Los analistas ponen en duda la practicidad y los efectos que podría traer, como un repunte de la inflación y una depreciación del peso.

Otro problema a resolver será la gobernabilidad. Sin mayoría en ninguna de las dos cámaras, la administración de Milei deberá apelar al diálogo con los otros espacios políticos y a los consensos democráticos para evitar el bloqueo en el Congreso y el Senado.

Sin embargo, la alianza entre La Libertad Avanza (LLA) y Juntos por el Cambio (JxC) abre las posibilidades del nuevo oficialismo. Con ambos espacios unidos reúne 132 diputados -el quórum es de 129- en la Cámara Baja. Distinta es la suerte en el Senado, donde para lograr la mayoría de 37 no alcanza con la unión de espacios, pues solo llegan a 28 representantes, producto de los 21 escaños de JxC y los nuevos siete senadores de LLA.

Un aspecto a contemplar también será la reacción de la ciudadanía si el gobierno de Milei decide avanzar en algunas de las propuestas de campaña, como las de salud y educación pública, la derogación del artículo 14bis de la Constitución (que garantiza derechos de los trabajadores como el aguinaldo, las indemnizaciones y las vacaciones pagas) o la derogación del derecho al aborto, entre otros.

La presión de una sociedad acostumbrada a salir a las calles a reclamar a sus gobernantes o pelear por los derechos no es un factor menospreciable. Aún más en un marco de saturación de la política y la asfixia económica, con la consecuente pérdida de la calidad de vida.

La controversia inesperada: ¿memoria, verdad y justicia?
Uno de los pilares más discutidos a lo largo de la campaña fue el consenso social contra la dictadura militar y sus consecuencias. Con el triunfo de Milei y, sobre todo, de su vicepresidenta Victoria Villarruel, la discusión sobre la legitimación de los actos perpetrados por los represores entre 1976 y 1983 volverá a estar sobre la mesa.

En un país completamente polarizado y donde reina la discordia en asuntos políticos, el repudio a la dictadura militar era de los pocos consensos sociales alcanzados y que no eran discutidos por ningún político, independientemente de los colores partidarios.

En las últimas semanas, la protección de los derechos humanos y los debates sobre los efectos de la dictadura fueron puestos en jaque. Las preocupaciones civiles se profundizaron tras las reivindicaciones de Margaret Thatcher por parte de Milei -protagonista indispensable en la derrota de Argentina en la Guerra de Malvinas- y los constantes comentarios benévolos de Villarruel sobre los militares que tomaron el poder en los setenta y generaron la etapa más oscura del país suramericano, con desapariciones forzadas de 30.000 personas, robos de bebés, torturas y violaciones, entre otros hechos.

Es una incógnita aún qué sucederá con los juicios abiertos a presuntos represores dela dictadura, qué pasará con las penas vigentes a otros condenados y cómo revivirá el apoyo civil a los militares que permanecía oculto. “Nunca Más” era la frase que se perpetuó en Argentina por décadas como lema para no permitir que la parte más oscura de la historia moderna sea olvidada y repetida y que ahora muchos argentinos creen que deberá ser defendida.

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