por Salvador Di Stefano
CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, 3 MARZO 202.- El año 2023 ya descontó 2 meses y con ellos se empezaron a conocer los primeros datos de las principales variables de la economía argentina, los cuales son el puntapié de cómo pueden llegar a comportarse dichos indicadores a lo largo de todo el año.
Comenzando por la inflación minorista, en enero ascendió al 6,0% mensual, en línea con lo que el mercado esperaba ya que, días previos, se había dado a conocer la inflación mensual para la Ciudad de Buenos Aires, la cual alcanzó el 7,3% así como también la denominada Inflación de los trabajadores que fue 5,5%. Por carácter transitivo, se esperaba que el IPC a nivel nacional reflejara un valor intermedio. El dato oficial también coincidió con lo que algunos analistas habían estipulado en el Relevamiento de Expectativas de Mercado, presentado a comienzos de año, por el Banco Central. En términos anuales, la inflación minorista ascendió al 98,8%.
Con respecto a las estimaciones futuras, se cree que, a lo largo de todo el año 2023, tendremos que convivir con una inflación anual de 3 dígitos. En los últimos 12 meses, en promedio, la inflación mensual fue del 6,0%. Si dicho promedio se repitiese durante todos los meses, se cumpliría la proyección de una inflación anual a lo largo del 2023 superior al 100,0%. Al interior del índice, son varios los rubros que ya alcanzaron una inflación anual de 3 dígitos, como el caso de prendas de vestir y calzado, bebidas alcohólicas, equipamiento para el hogar y restaurantes y hoteles.
El próximo viernes, el Banco Central República Argentina, publicará un nuevo Relevamiento de Expectativas de Mercado y la semana próxima la Ciudad de Buenos Aires dará a conocer su propio dato de inflación. Con ambos datos, podremos estimar con mayor certeza cuál será el IPC nacional para el mes de febrero. El INDEC informará el dato oficial el próximo 14 de marzo.
En contextos inflacionarios como el que nos toca transitar, la liquidez es lo que manda. Ya sea para una empresa, proyecto o emprendimiento, así como también para las finanzas personales es esencial armar carteras de inversión con instrumentos de alta liquidez.
Uno de los instrumentos más recomendado en este escenario es la Caución Bursátil, la cual actúa de manera similar a un plazo fijo tradicional, con la ventaja de que pueden realizarse a cualquier plazo, desde 1 a 120 días, y que debe efectuarse a través de un agente de bolsa. Actualmente, la tasa nominal anual de dicho instrumento está en torno a 67,0%, mientras que la efectiva se ubica en el 91,1%. La tasa efectiva es aquella que se consigue al reinvertir los intereses al cabo de un año.
Otro instrumento acorde a este escenario es el Fondo Común de Inversión, el cual permite invertir y rescatar dinero de forma inmediata, a lo sumo con 24 o 48hs de anticipación. Con respecto al rendimiento, en este caso, varía mucho el tipo de fondo que uno elija. Hay fondos de renta fija, otros de renta variable, y otros de renta mixta, los cuales se conforman con instrumentos fijos y variables. La elección del fondo dependerá del perfil del inversor y de los objetivos perseguidos.
Por otro lado, durante el año pasado, los Plazos Fijos ajustados por inflación fueron muy elegidos por el público inversor. Sin embargo, desde hace algunos meses, la tenencia de dichos instrumentos fue cayendo, más que nada por la desventaja de tener que inmovilizar el dinero por 90 días. Por tal motivo, y como decimos que la liquidez es lo que manda, volvieron a ser una buena opción los Plazos fijos tradicionales a 30 días. Actualmente la tasa nominal anual se ubica en el 75,0% y la tasa efectiva en el 107,0%. Como la tasa efectiva es positiva contra la inflación, hasta que dicha situación no se revierta, no creemos que el Banco Central vuelva a subir la tasa. Por su parte, ocurre que, a mayores montos invertidos, las tasas descienden. Para montos superiores a $ 10 millones, la tasa efectiva es del 98,0% y para montos superiores a los $ 20 millones la tasa efectiva anual baja al 91,0%. En este caso, no descartamos que el Banco Central opte por subir algunos puntos la tasa, para que tales inversiones no vayan hacia el dólar.
Con respecto a la cotización del dólar mayorista, la tasa de devaluación mensual en febrero fue 5,4%. Por un lado, dicha tasa fue inferior a la tasa de devaluación de los meses anteriores la cual, en promedio, se ubicó en el 6,2%. Por otro lado, quedaría por debajo de la inflación del mes, la cual se estima en torno al 6,0%, mostrando, una vez más, atraso cambiario. Para este año, se espera una tasa de devaluación en torno al 90,0%. Bajo este supuesto, a diciembre 2023, podríamos estar experimentando una cotización del dólar mayorista aproximada a los $ 355,0.
El año 2023 es un año electoral, en el cual las cuestiones políticas se mezclan con las económicas constantemente. La verdadera incertidumbre gira en torno a lo que puede llegar a pasar en diciembre, con la llegada de un nuevo gobierno. En este punto, con respecto a la tasa de devaluación, se plantean 3 escenarios. El primero de ellos, sería que el nuevo gobierno continúe devaluando al mismo ritmo. El segundo escenario sería que, apenas asuma, aplique una devaluación en torno al 30,0%. Por último, podría devaluar el 50,0% en un mes. Desde ya que cada escenario tendría su consecuencia inmediata en el resto de las variables de la economía. En caso de que se cumpla el escenario 2 o 3 no podríamos descartar que los precios sigan el mismo camino.
En lo que respecta a los dólares alternativos, en febrero el MEP subió 0,7% mientras que el CCL se contrajo 0,3%. Recordemos que ambos dólares venían de crecer en torno al 8,0% en enero. Si, para fin de año, continuara la brecha con respecto al dólar mayorista en torno al 100,0%, a diciembre de este año alcanzarían un valor cercano a $ 700,0.
Por su parte, el dólar informal también sufrió una fuerte aceleración durante el primer mes, experimentando una variación del 11,5%, para después descontar algunos puntos y finalizar el mes de febrero cotizando por debajo de los $380. De todas formas, consideramos que, más temprano que tarde, podrá superar la barrera de los $ 400,0.
El año 2023 es un año electoral, situación que complejiza y mucho el panorama. Teniendo eso en cuenta, con respecto a inversiones de mediano y largo plazo, podrían recomendarse dos caminos, dependiendo qué partido político se cree que ganaría las elecciones. Si el inversor considera que podría ganar la oposición, a mediano plazo, el cual consideraría los próximos 12/14 meses, podría invertir en algún instrumento que ajuste por la evolución del dólar oficial, ya que, en ese escenario, no descartamos una fuerte devaluación para el primer trimestre del año 2024. Mirando al largo plazo, un período de 3 años, los instrumentos recomendables serían las Obligaciones Negociables, los Bonos en U$S y acciones, especialmente las ligadas al sector energético. Por el contrario, si el inversor considera que las elecciones las puede ganar el oficialismo, recomendamos atesorar dólar billete.
Teniendo en cuenta el factor electoral, podríamos dividir la línea de tiempo de los próximos meses en 5 etapas. La primera sería hasta los meses de mayo/junio, plazo máximo para conocer los candidatos. La segunda etapa sería hasta agosto, mes en el cual se lleva a cabo las elecciones PASO. La tercera etapa iría hasta el mes de octubre, período post PASO y previo a las elecciones definitivas. Una vez ocurridas las elecciones y hasta que asuma el nuevo presidente, estaríamos transitando la etapa cuatro. Por último, la etapa cinco serían los primeros 100 días del próximo gobierno.
Identificando cada una de estas etapas, es importante tener en cuenta lo siguiente. Las etapas 1, 2 y 3 son períodos en donde lo que juega es la expectativa e incertidumbre respecto a lo que pueda pasar. Por el contrario, las etapas 4 y 5 ya serán momentos en donde entre en juega la realidad, ya que conoceremos quién será el próximo mandatario máximo y podremos suponer con mayor certeza cuál podría ser su plan económico.
Otro punto a tener en cuenta es que, hasta antes de las PASO el gobierno deberá hacerle frente al 50,0% del déficit y al 75,0% de la deuda en pesos, por lo que no descartamos que crezca el nivel emisión monetaria.