CIUDAD DEL VATICANO, ITALIA, 17 FEB. 2022 (ACI).- El Papa Francisco pidió este 17 de febrero a un grupo de empresarios mexicanos cuidar a la Virgen de Guadalupe “así como es, sencilla, negrita, y no dejen que nadie la ideologice”.
En una audiencia con empresarios mexicanos en la mañana de este viernes, el Papa Francisco subrayó que “para todos los católicos, el Vaticano también es como su casa; es un lugar en el que los hijos de la Iglesia pueden encontrarse y alabar a Dios en familia”.
Además, lamentó que “la cultura de nuestro tiempo ha sido plagada de individualismo y de cerrazón. Y poco a poco vemos las consecuencias de nuestras conciencias adormecidas por la comodidad, que lleva a perder de vista a aquellos que están sufriendo o siendo descartados”.
“Y sin querer vamos adquiriendo -advirtió el Papa- este movimiento de centrarnos sobre nosotros mismos, el famoso ‘yo’, ‘me’, ‘mi’, ‘conmigo’, ‘para mí’; es un hábito que inconscientemente nos puede agarrar a todos. ¡Alerta!”.
En este sentido, destacó que “el capital más importante que podemos tener es el capital espiritual”.
El Santo Padre explicó a los empresarios que “cuando el Señor toca nuestros corazones, ampliamos nuestra mirada y somos capaces de ver a los necesitados, de cuidar la creación”.
“Somos capaces de poner en primer lugar el bien común, el ‘nosotros’ propio de una familia, para dejar de lado la lógica mundana del ‘yo’, del éxito, del dominio, del dinero, excluyendo a los demás”, señaló.
Como hace notar el Sucesor de Pedro, “cada uno de nosotros está llamado a contribuir para que en la sociedad haya cada vez más artesanos de paz y de una cultura del encuentro; y que en la Iglesia se multipliquen los constructores de una comunidad en la que todos, sin excepción, se sientan bien recibidos y amados por el Señor”.
Asimismo, expuso la necesidad de que haya buenos sacerdotes, “pues ellos son los pastores del pueblo de Dios. Estoy contento al ver que ustedes aman a la Iglesia y se preocupan de sus ministros”, añadió.
Más tarde, el Pontífice aseguró que “es un derecho de los fieles que tengan sacerdotes bien formados, y que con alegría alimenten a la comunidad de creyentes con la Palabra y la Eucaristía; y también den testimonio de una vida entregada a los demás”.
“Por esto yo los animo a ustedes a que recen por los sacerdotes, y que den gracias a Dios por los carismas con los que enriquecen a toda la familia eclesial, e intercedan por ellos en medio de tantas fatigas que tienen”, pidió.
Por último, los encomendó a la protección de Nuestra Señora de Guadalupe y les pidió cuidarla como es: “sencilla, negrita, y no dejen que nadie la ideologice. Así como es”.
“Ella pidió que se le edificara una casa en la que todos sus hijos pudieran visitarla para depositar sus dolores y esperanzas. Por eso, la Basílica de Guadalupe es imagen de la Iglesia, acoge a todos sus hijos”, concluyó el Santo Padre.