México: “Los cárteles van a innovar y producir un fentanilo más puro”

Los cárteles de la droga mexicanos quieren “cocinar” fentanilo con la calidad de los laboratorios chinos. El coronavirus paralizó el narcotráfico, pero los cárteles saldrán fortalecidos de la crisis, según expertos.

“A fines de abril se incautaron en el aeropuerto de la Ciudad de México casi 50 kilos de fentanilo en forma de polvo proveniente de China. Aunque el comercio global bajó a causa de la pandemia, no lo va a quebrar todo, ni por mucho tiempo”,asegura Bryce Pardo, asesor sobre políticas públicas y mercados de drogas en el think tank estadounidense Rand, con sede en Santa Mónica, California.

El fentanilo es un opioide sintético que es 80-100 veces más fuerte que la morfina. El fentanilo farmacéutico se desarrolló para el tratamiento del dolor en pacientes con cáncer, aplicado en un parche en la piel. Debido a sus poderosas propiedades opioides, el fentanilo también se desvía para el abuso. El fentanilo se agrega a la heroína para aumentar su potencia, o se disfraza de heroína altamente potente. Muchos usuarios creen que están comprando heroína y en realidad no saben que están comprando fentanilo, lo que a menudo resulta en muertes por sobredosis. El fentanilo producido clandestinamente se fabrica principalmente en México.

La pandemia del coronavirus ha supuesto un freno a la economía mundial, y también a la producción y tráfico de drogas, en particular del fentanilo, un opiáceo sintético cuyos efectos analgésicos y anestésicos, lo hacen imprescindible en el tratamiento de pacientes con COVID-19. “Es una sustancia muy importante en la realización de cualquier cirugía. El fentanilo legal se produce en Estados Unidos, pero también lo producen otros países como Alemania, un gran productor de fentanilo legal en el mundo”, destaca Bryce Pardo. El investigador es coautor de varias publicaciones relacionadas con esta sustancia, su último libro “The Future of Fentanyl and Other Synthetic Opioids” fue publicado en 2019.

Potencia superior a la morfina

El fármaco también se usa de manera controlada para paliar el dolor en enfermedades como el cáncer. Su potencia, muy superior a la heroína y la morfina, también lo hace sumamente adictivo. “Es la droga que está provocando la mayor cantidad de muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos. De casi 70.000 muertes en 2018, unas 33.000 fueron provocadas por el fentanilo. El resto fueron opiáceos farmacéuticos, cocaína, heroína y otros productos”, afirma Pardo.

“La mayor parte del fentanilo ilegal llega a Estados Unidos desde México, y directamente de China. Cualquiera puede hacer una búsqueda muy simple en internet, acceder a uno de estos sitios y comprar hasta un kilo de fentanilo y recibirlo a través del sistema de correo o empresas como DHL, Fedex o UPS”, explica el politólogo estadounidense. “Un kilo alcanza para un millón de dosis”, añade.

El experto explica que en el mercado negro esta sustancia se mezcla con la heroína para crear un producto más potente. “En México se fabrican tabletas falsas. Tienen un aspecto muy parecido a cualquier otro medicamento producido legalmente en Estados Unidos, con información de dosis muy exacta, pero en realidad se trata de pastillas adulterados que contienen uno o dos miligramos de fentanilo, lo que las hace sumamente peligrosas”. Los datos del experto se basan en las incautaciones que realiza la patrulla fronteriza que analiza químicamente los productos decomisados.

Los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación son los que acaparan este negocio, importan de China los precursores para producir el fentanilo en México y traficarlo a Estados Unidos.

“Mientras que un parche legal con esta sustancia cuesta entre 300 y 400 dólares en una farmacia, 10 miligramos del polvo ilegal en el mercado negro cuestan alrededor de 10 dólares y es mucho más potente”, según un artículo de The New York Times Magazine.

Poderío industrial chino

La industria química y farmacéutica china ha generado enormes ganancias al gigante asiático que tiene débiles regulaciones y poco control. Según un reporte del Departamento de Estado de EE.UU entre 160.000 y 400.000 laboratorios chinos, que operan legal o ilegalmente, aportaron un 3 por ciento al PIB chino, registrando más de 100.000 millones de dólares en beneficios en 2016.

“Los cárteles mexicanos buscan a personas que sepan procesar y sintetizar el fentanilo y sus análogos. En este momento no tienen la capacidad para crear nuevas moléculas como los chinos, que saben cómo manipularlas para crear una nueva sustancia cuya composición no caiga en las definiciones de los productos regulados”, destaca Bryce Pardo.

Aunque el fentanilo producido en México es de mala calidad comparado al asiático, Pardo recuerda la trayectoria de los narcos en la producción de metanfetaminas, que pese a ser más complejas en su fabricación, han logrado mejorar la calidad en el transcurso de los últimos 20 años. “Los cárteles mexicanos van a buscar innovar en la producción de fentanilo y lograrán un producto más puro”.

Aunque las fronteras siguen cerradas los narcos encontrarán la manera de burlar los obstáculos. “En enero la policía federal de Estados Unidos descubrió en Tijuana el narcotúnel más largo, de más de un kilómetro de longitud. Van a buscar nuevas formas para traficar, a través de túneles o usando drones”.

Aduanas: “monstruo de mil cabezas”

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador defiende la lucha anticorrupción como su principal objetivo. Sin embargo, la semana pasada reconoció que la red aduanera en México es “un monstruo de mil cabezas”. “Hay mucha corrupción”, dijo, al aceptar la renuncia del director de Aduanas del Sistema de Administración Tributaria (SAT), Ricardo Ahued, al que calificó de un hombre íntegro. “El año pasado ingresaron casi 20 millones de toneladas de importaciones de toda clase de productos, a través del puerto de Lázaro Cárdenas, en el Pacífico mexicano. Seguramente, buena parte proveniente de China. Introducir hasta una tonelada de precursores químicos del fentanilo en un contenedor que transporta otras mercancías es muy fácil y detectarla es como buscar una aguja en un pajar”, advierte Bryce Pardo.

Según el periodista y escritor Ricardo Ravelo, experto en temas relacionados con el crimen organizado, el problema es que no hay una política antimafia por parte del gobierno federal. “No están combatiendo a los cárteles y el problema tiende a exacerbarse, a complicarse cada vez más”. El columnista del semanario mexicano “Proceso”, asegura que el actual gobierno ha tratado de resolver la violencia, no por la vía armada, con la fuerza del Estado. “Lo está haciendo a través de la negociación”.

El periodista cita las declaraciones de la secretaria de Gobernación (ministra del Interior) Olga Sánchez Cordero, cuando reveló en agosto pasado que el gobierno negociaba con distintos cárteles, y que éstas iban muy avanzadas. “Dijo que muchos grupos criminales habían planteado la necesidad de deponer las armas y buscar la pacificación del país, porque también estaban ya cansados de la violencia”.

Negociaciones con el narco para detener la violencia

Aunque el presidente López Obrador desmintió a la funcionaria diciendo que no había ningún diálogo con grupos criminales, el periodista destaca que muchos gobernadores plantearon la necesidad y la urgencia de una negociación frente a la incapacidad del Estado para combatir el crimen. El mes de marzo pasado fue el más sangriento desde que hay registros en el país, con 2.585 asesinatos dolosos pese a las medidas de aislamiento social por la pandemia. Ravelo explica que incluso Estados Unidos nunca ha dejado la negociación como una segunda o tercera alternativa para combatir las mafias. Sin embargo, el problema en México es la gran cantidad de organizaciones criminales.

“Son demasiados. Yo tengo contabilizadas a 14 organizaciones criminales, pero de éstas se desprenden muchas ramificaciones. Tan sólo en Guerrero hay 300 células que se dedican al secuestro, la extorsión, la trata de personas, venta de protección, de droga, servicio de sicariato, entre otros. La mayoría de estos grupos criminales son familias, pequeñas células que operan a nivel de municipios, que a su vez tienen el control político porque algún familiar es el presidente municipal, el jefe de la policía o un funcionario local”.

Ravelo destaca que estos grupos están buscando ganar poder social y político distribuyendo despensas en poblaciones marginadas. “La labor que están haciendo en este momento es reparto de dinero y de alimentos. Es lo que se observa en Veracruz, Sinaloa, Tamaulipas, Hidalgo, Zacatecas y Jalisco. El dinero de la mafia va a ser clave para sostener ciertas economías, sobre todo las más endebles”, asegura. (DW.COM)