Pero el presidente se protege y nombra amigos en cargos críticos
SAN PABLO, BRASIL, 27 ABR 2020 – Mientras arrecia la pandemia, que se ha cobrado más de cuatro mil 200 vidas en Brasil, se acuna una fuerte arremetida contra el presidente Jair Bolsonaro, que intenta blindarse designando amigos en puestos estratégicos.
El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, todavía trata las solicitudes de juicio político que impulsan opositores contra el mandatario con cierta cautela y considera que, tal vez, la forma más viable para su destitución es una demanda en la Corte Suprema por un delito común.
En vista de las incertidumbres sobre el progreso de un proceso de juicio político, la apuesta de los aliados de Maia es que el Tribunal Supremo Federal (STF) determine la apertura de una investigación para indagar el desempeño del jefe del Poder Ejecutivo, especula este lunes la prensa brasileña. Una indagatoria penal, sostienen los opositores, causaría un tremendo desgaste al presidente, pero dependería de si el Fiscal General de la República (PGR), Augusto Aras, presenta un recurso ante el Poder Judicial y solicita una investigación para determinar la existencia de actos ilícitos en acciones de Bolsonaro.
Pero Aras suele estar alineado con Bolsonaro y de hecho impulsa una denuncia por calumnias contra el ministro de Justicia renunciante, Sergio Moro. Esa solicitud debe ser examinada este lunes por el ministro del Tribunal Federal Supremo, Celso de Mello, detalló un informe del periódico Valor Económico.
Una arremetida judicial contra el presidente también dependería de la autorización de la Cámara para ser juzgada, lo que lleva a la destitución de Bolsonaro, pero llegaría al Congreso con mucha más fuerza que un juicio político, evalúan los aliados del jefe de la Cámara. Los asistentes de Bolsonaro ya han realizado consultas informales con los ministros de la STF (Tribunal Supremo Federal) sobre el riesgo de que se excluya el nombramiento de Alexandre Ramage al frente de la Policía Federal (PF), en lugar del despedido Mauricio Valeixo, una salida que provocó la renuncia de Moro.
Valeixo llevaba adelante una investigación contra Carlos Bolsonaro hijo y terminó despedido por el presidente.
Bolsonaro intenta nombrar a Ramage como director general de la Policía Federal. Se trata de un amigo del clan Bolsonaro y mantiene relaciones aún más estrechas con el concejal Carlos Bolsonaro (Republicanos-RJ), el hijo del presidente bajo investigación de la PF por indicación de Moro.
Un amigo de la familia en la PF acabaría con la investigación contra Carlos Bolsonaro, sospechado de ser coordinador de un plan criminal para difundir noticias falsas en beneficio de su padre. Ayer, Jair Bolsonaro anunció que nombrará como ministro de Justicia a Jorge Oliveira este lunes. Se trata del actual ministro de la Secretaría General de la Presidencia. Oliveira también es amigo del clan Bolsonaro y estará por encima de Ramagem. Así la línea Oliveira-Ramage (por la que integraban Moro-Valeixo) promete ser un blindaje para el presidente y sus hijos ante cualquier arremetida judicial o investigación.
En una carta abierta al presidente, la Asociación Nacional de Delegados de la Policía Federal (ADPF) hizo duras críticas a los intentos de interferir con la Policía Federal, señaló una “crisis de confianza” en el nombramiento del nuevo director general y le pidió al presidente un compromiso para aprobar la autonomía y el mandato para el puesto de jefe de la institución.
El documento también alerta a Bolsonaro de que las investigaciones y los informes de inteligencia del PF son confidenciales y que no hay disposiciones para el suministro de información diaria a la Presidencia, ya que el propio Bolsonaro admitió que quería tener acceso a esos reportes. En medio de la crisis política, la pandemia de Covid-19 sigue haciendo su estrago en Brasil, que suma ya más de 4.200 muertes y un total de contagio que supera los 62 mil casos, a un promedio de más de tres mil por día en al última semana.