La angustia de los obreros en China, obligados a dejar de trabajar

CHINA, 4 MAR 2020 – Hu Aihua había ido a pasar el Año Nuevo chino con su familia pero a causa del coronavirus fue confinado y no pudo volver a trabajar a su fábrica, igual que gran parte de los 290 millones de trabajadores migrantes del país bloqueados por las cuarentenas y las restricciones de circulación.

Los trabajadores migrantes, verdadero motor de la industria y los servicios en China que vienen del campo para trabajar en la ciudad, suelen retornar a sus regiones de origen en las vacaciones del Año Nuevo lunar.

Las vacaciones, ampliadas debido al virus, han terminado teóricamente desde hace tres semanas, pero en un país paralizado por la epidemia muchos no han podido reintegrarse a sus empresas, comprometiendo la reanudación de la actividad.

Hu Aihua, de 39 años, ya no puede abandonar su pueblo del Hubei (centro), la provincia que fue el epicentro de la epidemia y que está confinada desde fines de enero debido a un severo cordón sanitario.

la familia de Hu, sometida a un draconiano confinamiento, solo puede comprar bienes de primera necesidad a través de pedidos por teléfono al representante del barrio, según confía a la AFP.

“Sigo recibiendo mi sueldo entero, pero eso no va a durar. Si nuestro jefe no tiene ingresos, ya no podrá pagar a tantos obreros”, se inquieta Hu.

– Imposible viajar –

Varios colegas de Hu están en la misma situación. De los 600 empleados de Jiangxi Jieneng Group, productor de productos sanitarios en el Jiangxi (centro), solo la mitad han reanudado el trabajo.

“Y tenemos que seguir pagando los gastos fijos, el agua, la electricidad, los sueldos”, indica a la AFP su director general Xu Hang.

La empresa ha suscrito un préstamo de 10 millones de yuanes (1,28 millones de euros) para mejorar su tesorería.

Al margen de las administraciones, y los sectores financiero, de salud y de servicios a las colectividades, solamente 45% de las demás empresas han reanudado sus actividades, opina Lu Ting, economista de Nomura.

Liu Zhishuang, un obrero de 28 años está atrapado desde hace un mes con su familia en la localidad de Anhui (este).

“¡Imposible viajar! Los transportes ya no funcionan, los trenes están suspendidos”, dice. Desde principios de febrero, un solo miembro de su hogar está autorizado a salir a la vez a la calle, y solamente por dos horas y cada dos días.

Lo mismo le ocurre a Zhang Hongwu, de 29 años, que fue a visitar a su familia en Henan (centro) y no puede volver a Shanghai. “Nunca podré regresar” se lamenta a la AFP. Ahora tiene que buscar un empleo en una ciudad más cercana.

– ‘Impotente’ –

“Y tenemos que seguir pagando los gastos fijos, el agua, la electricidad, los sueldos”, indica a la AFP su director general Xu Hang.

La empresa ha suscrito un préstamo de 10 millones de yuanes (1,28 millones de euros) para mejorar su tesorería.

Al margen de las administraciones, y los sectores financiero, de salud y de servicios a las colectividades, solamente 45% de las demás empresas han reanudado sus actividades, opina Lu Ting, economista de Nomura.

Liu Zhishuang, un obrero de 28 años está atrapado desde hace un mes con su familia en la localidad de Anhui (este).

“¡Imposible viajar! Los transportes ya no funcionan, los trenes están suspendidos”, dice. Desde principios de febrero, un solo miembro de su hogar está autorizado a salir a la vez a la calle, y solamente por dos horas y cada dos días.

Lo mismo le ocurre a Zhang Hongwu, de 29 años, que fue a visitar a su familia en Henan (centro) y no puede volver a Shanghai. “Nunca podré regresar” se lamenta a la AFP. Ahora tiene que buscar un empleo en una ciudad más cercana.