La crisis del coronavirus pone bajo presión a la debilitada economía china

Las medidas extraordinarias del gobierno chino para contener el coronavirus, que ha llevado a confinar a la población de una provincia entera y está dejando cines vacíos y trenes sin pasajeros, ponen bajo presión la debilitada economía china.

La segundo economía mundial depende cada vez más de sus consumidores y el virus llegó en el peor momento, en plena celebración de las vacaciones del Año Nuevo, cuando cientos de millones de personas de desplazan por todo el país.

El año pasado el Producto Interior Bruto (PIB) creció a su ritmo más lento en tres décadas, afectado por una débil demanda y por la guerra comercial con Estados Unidos.

Y a pesar de que los últimos tres meses apuntan a una recuperación, gracias también a la tregua comercial con Washington, el coronavirus tendrá “sin duda” un impacto, según Julian Evans-Pritchard, de Capital Economics, en particular en el transporte y el consumo.

Las vacaciones fueron extendidas tres días, lo que significa que el país solo volverá a la plena actividad a partir del próximo lunes.

Algunos compañías pidieron a sus empleados que trabajen desde casa, como el gigante tecnológico Tencent, cuyos empleados lo harán hasta el 10 de febrero.

La popular cadena de restaurantes Haidilao cerrará todos sus restaurantes en China hasta el final del mes de enero.

El gobierno también prohibió los viajes en grupo tanto domésticos como internacionales, una decisión que podría tener un fuerte impacto en el turismo, una industria que representa el 11% del Producto Interior Bruto (PIB).

El martes las autoridades pidieron a todos los gobiernos chinos que suspendan los viajes organizados al extranjero “para proteger la salud y la seguridad de los chinos y las personas extranjeras”.

El tráfico aéreo y ferroviario en el primer día del Año Nuevo cayó más de un 40% respecto al año pasado, dijo el viceministro de transporte.

Además más de 2.000 trenes de alta velocidad fueron suspendidos durante días o semanas.

Por otra parte el número de espectadores en los cines es solo una décima parte en este periodo de lo que fue el año pasado y fueron aplazados los estrenos de siete grandes producciones previstos durante las vacaciones.

Según S&P, el consumo contribuyó a un 3,5% del crecimiento en China en 2019, por lo que una caída del 10% supondría una caída de 1,2 puntos porcentuales del PIB.

La provincia más afectada es la de Hubei, epicentro del coronavius, donde están cerradas las estaciones de tren y los comercios en mucho lugares.

Además del consumo y el transporte, el cierre podría afectar a largo plazo al impacto en la industria.

La capital de Hubei, Wuhan es importante centro de manufactura de 11 millones de personas que produce acero y coches y desde el pasado jueves está en cuarentena indefinida.

“Wuhan es un importante centro de manufactura en el centro de China. Si la reclusión continúa tras las vacaciones de Año Nuevo, afectará a la producción industrial, uno de los principales motores de crecimiento”, dijo Raymond Yeung, jefe economista para China en ANZ Research.

Wuhan representa el 1,6% del PIB de China, según S&P.

Además unas 160 compañías japonesas tienen oficinas en la ciudad, según la cámara japonesa de comercio de Wuhan.

Varios fabricantes de vehículos, incluyendo General Motors y Renault, producen vehículos en la ciudad a través de coempresas con compañías chinas.

Según el periódico Changliang Daily, el valor de la producción de la industria automóvil de Wuhan es de unos 400.000 millones de yuanes (57.000 millones de dólares), con una producción estimada en 2018 de 1,7 millones de vehículos.

La crisis del coronavirus se presta a comparaciones con el síndrome respiratorio SARS de 2003, que mató a 650 personas en China y Hong Kong.

Según Evans-Pritchard, el nuevo virus se extiende más rápido que el SARS, en un contexto en el que el número de pasajeros que viajaban al extranjero que se ha triplicado desde hace 17 años. (AFP)