ESTADOS UNIDOS: Trump bajo proceso, inició “impeachment” en el Senado

“Es una venganza”, insiste el magnate

WASHINGTON (EE. UU.), 21 ENE 202 – El show del proceso político por el llamado “Ucraniagate” contra el presidente estadounidense, Donald Trump, el tercero en la historia, inició hoy en una gélida jornada de sol invernal.

Más fría que la de Davos, donde el magnate busca una contraparte celebrando las glorias de la economía estadounidense y desestimando a la acusación en su contra como “un engaño”, una “caza de brujas”, una “venganza política descarada”.

Sin embargo, la temperatura es altísima en la austera sala del Senado estadounidense donde tiene lugar el primer encuentro frontal entre demócratas y republicanos sobre las reglas y los tiempos del debate, en un clima tenso incluso para la multitud de cronistas: sus movimientos fueron limitados en los corredores y los detectores de metales se encargan de que se deshagan de teléfonos celulares y grabadoras que puedan dejar en la sala para grabar de manera secreta las sesiones a puertas cerradas.

En el centro de la disputa está la controvertida moción presentada por el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, que apunta a un proceso rápido a pedido de Trump y posiblemente sin nuevos elementos de prueba. La esperanza del presidente es dejar atrás el proceso (obviamente con una absolución) el 4 de febrero próximo, cuando dará el discurso sobre el Estado de la Unión en el Congreso.

“Es una vergüenza nacional, un encubrimiento”, denunciaron los demócratas, quienes hoy presentaron una serie de enmiendas para allanar pronto el camino a nuevos testimonios y documentos.

“Las normas de McConnell parecen creadas por el presidente Trump para el presidente Trump”, acusó el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, quien advirtió que si se aprueban “será uno de los días más oscuros para el Senado”.

La moción en discusión garantiza para el enjuiciamiento (a cargo de siete diputados demócratas) y la defensa (dirigida por el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, pero con estrellas como el inquisidor de Bill Clinton, Kenneth Starr) 24 horas a cada uno, con una maratón de dos días para los “argumentos de apertura”, es decir, aquellos que ilustran el caso, previstos a partir del miércoles hasta el sábado.

Un tiempo más acotado respecto del proceso de “impeachment” de Bill Clinton, cuando las 24 horas por cabeza fueron repartidas en cuatro días. Pero entonces, las reglas del proceso fueron aprobadas de manera bipartidista: 100 a 0. Luego, desde el lunes al martes próximo, habría 16 horas reservadas para los senadores, que en calidad de jueces podrán hacer solo preguntas por escrito a través del jefe de la Corte Suprema, John Roberts, quien preside el debate. Para ellos se prevén normas de decoro severas: nada de celulares, Twitter ni conversaciones con los colegas.

Solamente después de esta fase, la moción de McConnel permite discutir y votar eventuales propuestas para introducir testimonios y documentos. Pero se requiere una mayoría de 51 votos y los demócratas tienen 47. Por lo tanto, necesitan al menos cuatro senadores republicanos, de otro modo, el proceso podría culminar la próxima semana. Tres parecen disponibles, como Mitt Romney, mientras que el cuarto podría surgir de un grupo de senadores que, como no piensan volver a presentarse como candidatos, no le temen a la ira de Trump. Los demócratas apuntan a escuchar a algunos personajes clave, como el exconsejero de Seguridad Nacional, John Bolton, pero el presidente y su partido están decididos a hacer lo que sea para impedirlo.

Si fallan, pedirán una declaración clasificada y responderán citando al ex vicepresidente Joe Biden y a su hijo Hunter.

Por lo tanto, parece altamente improbable que haya disponibles 20 senadores disidentes del “Grand Old Party” para llegar a los 67 necesarios para condenar y remover al presidente estadounidense de su cargo. (ANSA).