La petición afecta al Tesla Model S en sus versiones de 2012 a 2019, al Tesla Model X de 2016 a 2019, y al Tesla Model 3 de 2018 y 2019, informó la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras.
WASHINGTON D. C., 17 ENE 2020 – La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) de Estados Unidos anunció el viernes que revisará una petición que solicita al organismo una investigación formal de 500.000 vehículos de la empresa Tesla por denuncias de aceleración repentina no intencionada.
La petición afecta al Tesla Model S en sus versiones de 2012 a 2019, al Tesla Model X de 2016 a 2019, y al Tesla Model 3 de 2018 y 2019, dijo la agencia.
La petición menciona “127 denuncias de consumidores a la NHTSA que implican a 123 vehículos distintos. Los informes incluyen 110 choques y 52 lesiones”.
Tesla no hizo comentarios de forma inmediata el viernes.
Muchas de las denuncias hablan de incidentes de aceleración repentina a la hora de aparcar en garajes o aceras. Otras señalaron que la aceleración repentina se produjo en movimiento entre el tráfico o mientras se usaban sistemas de asistencia, y esta situación provocó choques.
En una de las denuncias, un conductor dijo que un Tesla Modelo S 85D de 2015 estaba cerrado con llave en California cuando “momentos después el vehículo comenzó a acelerar hacia la calle y se estrelló contra un coche estacionado”.
El conductor de otro Tesla en Avondale, Pensilvania, estaba entrando en el aparcamiento de un colegio cuando el vehículo aceleró por sí solo, según la denuncia, que también indicaba lo siguiente: “pasó por encima del bordillo y se estrelló contra una valla de malla metálica”.
Según otra denuncia, un conductor de un Tesla en Andover, Massachusetts, se acercaba a la puerta de su garaje “cuando el coche de repente dio una sacudida hacia adelante” y “atravesó la puerta del garaje destruyendo dos portones”. El Tesla se detuvo tras chocar contra la pared de hormigón del garaje.
En octubre, la agencia dijo que estaba investigando si Tesla debería haber retirado 2.000 de sus coches eléctricos en mayo en lugar de lanzar una actualización de software para arreglar un posible defecto que podría haber dado lugar a incendios de la batería en los vehículos de los modelos S y X de los años 2012 a 2019.
Los 2.000 vehículos implicados en la petición de septiembre a la NHTSA recibieron una actualización del software para la gestión de la batería el pasado mayo en respuesta a un posible defecto que podría provocar incendios no relacionados con accidentes.
El abogado que presentó la petición, Edward Chen, dijo a Reuters en octubre que está seguro de que “la cifra supera con mucho los 2.000”. Esta investigación sigue en curso.
La semana pasada, la NHTSA dijo que estaba investigando el accidente de un Tesla Model 3 el pasado 29 de diciembre en el que murió un pasajero después de que el vehículo chocase con un camión de bomberos estacionado en Indiana.
El choque es el decimocuarto que involucra a Tesla en un programa especial de investigación de colisiones de la NHTSA, ante la sospecha de que ocurrió mientras se estaba usando el denominado Autopilot o piloto automático, o algún otro sistema avanzado de asistencia al conductor.